-…y eso es lo que paso…-Concluyó Jorgelina.
Vanesa despertó del trance, se dio cuenta que Jorgelina estaba esperando alguna respuesta por parte de ella, simplemente empezó a temblar, sintió que todo le daba vueltas, y sin querer cerró los ojos. Cuando despertó se encontraba en cama desconocida, a su lado el doctor tomándole la presión, no entendía absolutamente nada de lo que había sucedido, se sentó en la cama y miró a su alrededor, allí estaba ella con cara de preocupada, también se encontraba Jazmín que a cada rato le preguntaba al doctor si Vanesa estaba bien.
-Que pasó?
Jorgelina sonrió al ver que ya se encontraba bien.
-Tienes el azúcar baja-dijo el doctor- desayunaste bien Vanesa? Haz comido azúcar en el día?
-emmm… ahora que lo pienso, esta mañana salí tan apurada para ir a trabajar que no tuve tiempo de desayunar, y no… no he comido nada aún.
El doctor negaba con la cabeza mientras guardaba todos sus instrumentos de trabajo en su maleta.
-Mira lo que sucede cuando no comes, el desayuno es la comida mas importante, no lo hagas más Vanesa.
Vanesa bajó la vista avergonzada mientras asentía con la cabeza.
El doctor se retiró, y Jazmín ya le estaba preparando una gran merienda, así por fin, agregaba algo a su estomago.
Vanesa aún seguía en la cama, Jorgelina sentada a su lado, no paraba de preguntarle “estas bien?”
-Siiiii Jor!!! Estoy bien! ya se me pasó!, no te preocupes más por favor... Que vergüenza...
Se levantó de la cama, Jorgelina le agarró su mano.
-No te vallas, mamá está preparando algo para que comas.
Vanesa miraba la mano de Jorgelina enredada en su muñeca, y enseguida realizó un pequeño movimiento para que le soltara.
-No. tengo que irme, mi madre debe estar preocupada porque no vuelvo a casa.
Jorgelina también se puso de pie y la acompañó hasta la cocina.
-Jazmín no se haga problema por favor, demasiados nervios les hice pasar, discúlpeme. Y no les cuente a mis padres, usted sabe lo pesados que se ponen.
-Bueno corazón, soy una tumba… Toma llévate este sanwidchito para el camino.
Vanesa lo tomó con una sonrisa y se retiró.
-Te acompaño hasta tu casa- dijo Jorgelina
-No gracias. Tenes que estudiar. Yo estoy bien, no te hagas problema.
Vanesa la iba a saludar con un beso en la mejilla, cuando fue sorprendida por un abrazo.
Jorgelina parecía nerviosa.
-heee… jeje… que andes bien, gracias por la visita. Nos vemos.- y cerró la puerta de su casa muy apresurada.
Vanesa quedó mirando la puerta con el sándwiche en la mano, sacó una gran sonrisa, y levanto los hombros en señal de “que se yo que le paso”.
Fue todo el camino pensando lo que había sucedido.
“Por que me puse tan nerviosa?. No puedo dejar de mirarla cada ves que sonríe. ¿Qué me sucede?. Realmente deseaba que me abrazara... Que momento tan hermoso….
¿pero que digo?!!! Hay por Dios!, ¿en que me estoy convirtiendo?”