Parte 4

26 de marzo de 2010 2:27 Publicado por Tania 2 comentarios
Vanesa quedó cegada por su sonrisa, no hacia más que seguirle los movimientos con la mirada, Jorgelina le hablaba, pero ella, no escuchaba.

-…y eso es lo que paso…-Concluyó Jorgelina.

Vanesa despertó del trance, se dio cuenta que Jorgelina estaba esperando alguna respuesta por parte de ella, simplemente empezó a temblar, sintió que todo le daba vueltas, y sin querer cerró los ojos. Cuando despertó se encontraba en cama desconocida, a su lado el doctor tomándole la presión, no entendía absolutamente nada de lo que había sucedido, se sentó en la cama y miró a su alrededor, allí estaba ella con cara de preocupada, también se encontraba Jazmín que a cada rato le preguntaba al doctor si Vanesa estaba bien.

-Que pasó?

Jorgelina sonrió al ver que ya se encontraba bien.

-Tienes el azúcar baja-dijo el doctor- desayunaste bien Vanesa? Haz comido azúcar en el día?

-emmm… ahora que lo pienso, esta mañana salí tan apurada para ir a trabajar que no tuve tiempo de desayunar, y no… no he comido nada aún.

El doctor negaba con la cabeza mientras guardaba todos sus instrumentos de trabajo en su maleta.

-Mira lo que sucede cuando no comes, el desayuno es la comida mas importante, no lo hagas más Vanesa.

Vanesa bajó la vista avergonzada mientras asentía con la cabeza.
El doctor se retiró, y Jazmín ya le estaba preparando una gran merienda, así por fin, agregaba algo a su estomago.
Vanesa aún seguía en la cama, Jorgelina sentada a su lado, no paraba de preguntarle “estas bien?”

-Siiiii Jor!!! Estoy bien! ya se me pasó!, no te preocupes más por favor... Que vergüenza...

Se levantó de la cama, Jorgelina le agarró su mano.

-No te vallas, mamá está preparando algo para que comas.

Vanesa miraba la mano de Jorgelina enredada en su muñeca, y enseguida realizó un pequeño movimiento para que le soltara.

-No. tengo que irme, mi madre debe estar preocupada porque no vuelvo a casa.

Jorgelina también se puso de pie y la acompañó hasta la cocina.

-Jazmín no se haga problema por favor, demasiados nervios les hice pasar, discúlpeme. Y no les cuente a mis padres, usted sabe lo pesados que se ponen.

-Bueno corazón, soy una tumba… Toma llévate este sanwidchito para el camino.

Vanesa lo tomó con una sonrisa y se retiró.

-Te acompaño hasta tu casa- dijo Jorgelina

-No gracias. Tenes que estudiar. Yo estoy bien, no te hagas problema.

Vanesa la iba a saludar con un beso en la mejilla, cuando fue sorprendida por un abrazo.
Jorgelina parecía nerviosa.

-heee… jeje… que andes bien, gracias por la visita. Nos vemos.- y cerró la puerta de su casa muy apresurada.

Vanesa quedó mirando la puerta con el sándwiche en la mano, sacó una gran sonrisa, y levanto los hombros en señal de “que se yo que le paso”.

Fue todo el camino pensando lo que había sucedido.

“Por que me puse tan nerviosa?. No puedo dejar de mirarla cada ves que sonríe. ¿Qué me sucede?. Realmente deseaba que me abrazara... Que momento tan hermoso….
¿pero que digo?!!! Hay por Dios!, ¿en que me estoy convirtiendo?”

CONTINUARA...



(Ninguna sección de este material puede ser reproducida en forma electrónica, impreso o cualquier otro tipo de soporte existente incluyendo fotocopiado o grabación sin la expresa autorización del autor. La publicación que aparece en este volumen representa el punto de vista del autor al momento de su publicación. El autor se reserva el derecho a modificar o actualizar la información).

Parte 3

Luego de una mañana ardua de trabajo Vanesa volvió a su casa.

-MÁ YA LLEGUÉ!

-HOLA HIJA!. VENÍ UN RATITO….

Vanesa dejó el bolso en su habitación, cambió los tacones por unas cómodas pantuflas y bajó a la cocina donde estaba su madre.

Un olor exquisito a bizcochuelo rondaba por toda la casa.

-mmmm que rico!... con el hambre que tengo…

Estiró la mano para sacar una porción y recibió un chirlo por parte de su madre que la hizo retroceder.

-¿Qué?

-No es para vos, necesito que se lo lleves a la familia Osde. Porque don Carlos nos ayudó con la cañería rota y no aceptó dinero de recompensa así que decidí hacerle este presente.

Vanesa se quedó paralizada, tenía que ir a la casa de Jorgelina, y llevarle un bizcochuelo, ya estaba roja de la vergüenza.

-No ma. Andá vos!

-VANESA PORFAVOR HE!

-Pe… pe… pero…

-Pero nada, se lo llevas.

Fue a su cuarto, se cambió de ropa, algo cómodo, agarró el bizcochuelo, sus manos temblaban de la emoción…

-HAY VANESA POR DIOS! agarra bien la fuente por favor.

Sostuvo la fuente inestable con la otra mano, agachó su cabeza, y mientras… rezongaba por lo bajo.

Estará?. Que le voy a decir?.

–Hola Jorgelina como estas te traigo este bizcochuelo feo que hizo mi madre-

NO! tengo que pensar algo mejor.”

Fue todo el camino imaginando el momento en que la vea, y pensando que decir.

TOCK TOCK!

Golpeo la puerta.

-Ya va! – una voz femenina. Su corazón llegaba hasta sus ojos.

La puerta se abre, Vanesa respira hondo…

-Hoooola Jazmín!, que agradable es verla

Jazmín era la madre de Jorgelina.

-Hola cariño! que linda sorpresa, hace mucho que no te tenemos por aquí . ¿Como has estado? Pasa, pasa por favor.

Vanesa no tuvo tiempo ni de negarse, tuvo que entrar, llevaba su mejor sonrisa.

-Ha! Jazmín esto te manda mi madre, es una forma de agradecerle a don Carlos por su ayuda en casa.

Vanesa buscaba por todos lados con la mirada a ver si “la” encontraba, mientras tomaba asiento.

-¿y Jorgelina?- Preguntó

Hay! ¿que hice? no tendría que haber preguntado, ¡que idiota!”, Pensó.

-Estudiando, ya tiene que estar volviendo. Estudia demasiado, yo siempre le digo que tiene que salir a despejarse, pero es que casi no tiene amigos, esta muy metida en sus estudios, siempre queriendo sobresalir en todas las notas.- decía mientras cebaba el primer mate.

-¿Que estudia?

-Abogacía, es su primer año, y hasta ahora lleva todas las materias al día. ¿y vos Vanesa? ¿estas estudiando algo?.

-No. perdí el año. No me fue en el ingreso de medicina.

-Y bueno. Son cosas que pasan. ¿Y a que rama de la medicina te querés dedicar?

-Me gusta la pediatría- leve sonrisa

De repente se escucha que alguien llega. Vanesa se puso muy nerviosa.

-Bueno Jazmín muchas gracias por los mates estaban muy ricos. Tengo que irme a casa por que recién llego de trabajar, y debo hacer muchas cosas.- se levanta de la silla encarando a la salida, muy apurada.

-Bueno cariño. Dile a tu madre que muchas gracias por el bizcochuelo, después le devuelvo la fuente.

Vanesa asintió con la cabeza.

- Espérame que te acompaño a la salida.

-No Jazmín por favor, no se haga drama, yo salgo sola. Hasta luego.

y salió poco más corriendo, como saludaba a Jazmín no vio que alguien se interpuso en su camino, y como en una película en cámara lenta, chocó con Jorgelina, quien venía de la biblioteca cargada de libros, los cuales se desparramaron por el piso.

-Huy! mil disculpas. Eso me pasa por no mirar al frente, siempre me pasa, soy una bruta…

Seguía quejándose de ella misma mientras ayudaba a juntar los libros del piso sin levantar la vista, no se atrevía ni a mirarle a los ojos.

Jorgelina sólo sonreía, sin emitir palabra alguna.

-Hey! Todo bien, no te hagas problema, la distraída fui yo – Vanesa levanto la mirada- es muy común que siempre me lleve puesto algo, pasa que traigo libros de mas, no quiero volver nuevamente a la biblioteca…- reía mientras colocaba el ultimo libro sobre la cómoda.

CONTINUARÁ...



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Parte 2

3 de marzo de 2010 20:29 Publicado por Tania 1 comentarios

-GORDA YA LLEGUE!

Una voz masculina que venía desde el interior de la casa hizo que Vanesa saliera del transe.

-GORDITO!... ESTOY EN LA PILE, VENÍ.

Era Ignacio, el novio de Vanesa, quien se acerco corriendo hasta donde estaba ella, le dedicó un fuerte abrazo seguido del beso más dulce que jamás le dio.

Ignacio trabajaba en la empresa de turismo de su padre, por lo que solía viajar mucho, ya que era guía turístico. Ese día volvía de Brasil, y traía mil anécdotas para contar, no paraba de hablar, y Vanesa no escuchó ni una sola palabra, volaba…

-Vanesa… gorda! … eu!... me escuchas?

Y Vanesa reacciono…

-Gordo, te amo… pero me duele mucho la cabeza… no te enojes… me voy a acostar.

Ignacio se quedó confundido y mirándola mientras se alejaba, creyó que realmente necesitaba descansar ya que su trabajo era demasiado estresante, tomó sus cosas y se marchó.

Vanesa viajaba una hora todos los días hasta su trabajo, un call center de una empresa de telefonía muy conocida, estaba en el área de atención al cliente, recibiendo gritos, puteadas y demás.

Luego de dar vueltas por su habitación, se acostó, no pegó un ojo, sólo pensaba y pensaba, no podía creer lo que le pasaba.

“¿Seré gay?, ¿Cómo puedo saberlo?... pensándolo bien antes he mirado mujeres… HAY NO! no, no, no, no, no… debo estar confundida…”

Dedicó unos segundos a reírse de sus pensamientos hasta que logró conciliar el sueño. Ya el sol se había escondido, su madre la dejó dormir, y Vanesa no despertó hasta que el día nuevo comenzó.


CONTINUARA...



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